Profesores como estudiantes de EL CARMEN cada día tenemos más claras las respuestas a tres preguntas fundamentales: ¿hacía dónde vamos? ¿Dónde estamos? Y ¿qué es necesario para seguir avanzando? Tres preguntas presentes en la actividad diaria y cotidiana. Eso es evaluación formativa. Un modelo de evaluación que no llega al final de una secuencia o al final de un periodo o un ciclo, sino que está presente en todos los momentos de la enseñanza y el aprendizaje.
​
¿A dónde vamos? Es la pregunta por la meta de aprendizaje. Nos dice si el estudiante tiene y mantiene el foco hacía el objeto de estudio, si él está en la capacidad de actualizar esa meta de acuerdo y en correspondencia con su progreso. De ser así, el estudiante deberá hacer las preguntas pertinentes en cada instante de su camino y prever los pasos subsiguientes. La pregunta, dónde estamos? nos permite conocer la brecha que hay entre lo que ya sabemos y lo que aún no sabemos, entre las habilidades que tenemos y las que debemos desarrollar. Permite reconocer los pasos dados, los recursos utilizados y las preguntas resueltas. Las respuestas a las primeras dos preguntas nos conducen necesariamente a la tercera pregunta: que necesito para seguir avanzando? El estudiante necesita hacer las preguntas pertinentes de cada momento, conocer las herramientas y los recursos adecuados para responderlas, organizar lo que ya ha conseguido hasta construir sentido, es decir, reestructurar o re-significar el conocimiento antiguo con base en el conocimiento nuevo.